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Imagine llegar a casa del trabajo y ser recibido por el robot familiar, que reconoce su voz y le recuerda que ha olvidado el cumpleaños de su esposa antes de decir que han llamado del hospital. Vas al estudio y usas un panel táctil para activar los mensajes de vídeo en una pantalla que ocupa la mitad de la pared. Un doctor aparece: "He estado evaluando su orina en Internet. Está demasiado gordo, su nivel de azúcar es demasiado alto y bebe demasiada cerveza".
Puede sonar como una escena de "Los Supersónicos", una popular serie de dibujos animados de ciencia ficción de los años 60 que echaba un vistazo a cómo podía ser la sociedad en el 2062, pero su casa puede ser similar a la representada en la serie en cuestión de años.
Corporaciones japonesas, desde el fabricante de inodoros Toto a fabricantes de electrónica como Matsushita, están destinando millones a desarrollar productos para esta casa del futuro donde cada aplicación está conectada a una red, accesible desde cualquier lugar en cualquier momento.
"Ya que la cantidad de información disponible crecerá enormemente, gran parte dependerá de la habilidad de buscar con sensatez", dijo Tetsuji Miyano, jefe de la nueva oficina de planificación de negocio de Matsushita Electric Works (MEW).
"Pero creo que veremos que la vida humana mejora en términos de ahorro de tiempo y de coste de viajes", en relación con el sistema de redes de la casa.
MEW es una división de construcción de materiales de Matsushita Electric Industrial, el fabricante de productos electrónicos de marca Panasonic.
Mientras que una casa llena de objetos conectados a redes trae a colación asuntos espinosos como la forma de proteger la información privada, la casa del futuro será sin lugar a dudas más acogedora para los mayores y discapacitado, menos dañina con el medio ambiente y más conectada con el exterior.
La visión de Matsushita Electric Industrial de la casa más allá del 2010, en su sala de exposiciones en Tokio, incluye un robot parlante, un estudio que parece más la cabina del piloto de una nave espacial y un escáner de iris en la puerta principal.
Naturalmente, el comedor es de alta tecnología también. Incluye una mesa con una superficie de pantalla táctil que muestra imágenes desde un proyector situado debajo. Una pantalla ancha con altavoces que hacen vibrar los cristales en la pared adyacente.
Al sentarse para cenar una medusa conocida como un "agente" nada en tu dirección. Cada miembro de la familia tiene su propio "agente", que contiene información personal y que puede ser ordenado con un simple dispositivo para que baje textos e imágenes de Internet.
"El agente conoce las aficiones y los gustos de cada miembro de la familia (...) y no tiene que utilizar el PC directamente", dijo Nao Kurosawa, un guía en el Centro Panasonic de Matsuhita donde está la exhibición.
Pero con los consumidores poco dispuestos a gastar dinero extra en productos de estas características y aspectos como la viabilidad de un ancho de banda suficiente aún no resuelto, aún tienen que pasar unos años para que la casa completamente conectada a la red proyectada por Matsushita sea una realidad.
Quizá parte del trabajo más interesante elaborado por las corporaciones japonesas sea el baño, un área que muchos hogares japoneses tienen ya inundados de alta tecnología.
Mientras que los inodoros en los países occidentales tienden a tener una función básica: cubrir las necesidades básicas, los japoneses pueden venir equipados con asientos calentados, control de las deposiciones o un bidé con control remoto.
La firma Toto ya vende inodoros que analizan la orina de una persona para medir su nivel de azúcar, útil en el tratamiento de la diabetes y habitualmente supervisan la salud de una persona. El mayor fabricante de retretes de Japón está trabajando en una versión conectada a la red del producto.
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